Teoría de los ovillos blancos
- Lucía Beltrán
- 24 oct 2020
- 2 Min. de lectura
La teoría de los ovillos blancos surge de mi imaginación y sostiene que todos tenemos dentro unos ovillos, como si fueran de lana. Formados por un sinfín de hilos de todas las longitudes, grosores y colores, enrollados y unidos fuertemente, son nudos en el estómago que nos privan, ideas en nuestra cabeza que nos nublan, lazos que nos aprietan el corazón.
Cada uno de estos hilos representa un problema. Si son muy extensos los llevamos teniendo mucho tiempo, se van alargando si no trabajamos en ellos y van haciendo ese ovillo más grande. Si son cortos pueden resultar insignificantes, pero también forman parte del enredo. Si son más gruesos son grandes preocupaciones y van ocupando espacio y absorbiendo energía. Si son más finos son pequeñas inquietudes que se desvanecen con facilidad.
El color es la característica principal. Puede cambiar de un día a otro o puede ser igual toda una vida. Los más graves son los hilos negros, te paralizan y pueden desteñir a los demás compañeros de ovillo. Tú tienes la capacidad de ir cambiándolos de color, esto es, de ir resolviendo, poco a poco, tus problemas.
Nuestra misión es convertir todas estas marañas que tenemos en nuestro interior en ovillos blancos y brillantes. Así desaparecerán, fundiéndose con las fibras de nuestros tejidos, aportándote fuerza.
Debes ser constante, no pasa nada si a veces fallas. Pero recuerda que hasta que el ovillo no está completamente blanco, no se puede reinsertar y desaparecer. Si aún es de un tono grisáceo, quiere decir que el problema no está resuelto y puede volver a ponerse negro.
Lo que te quiero transmitir es que debes tener paciencia y dedicar tiempo a cuidarte y a conocerte. Si no intentas deshacer esos ovillos, irán acaparando hueco. Quizás no te dejarán respirar plenamente, coger aire para despegar. No te dejarán pensar con claridad. Y lo más importante, no dejarán hueco para que tu corazón crezca y se expanda. Esto es clave para evolucionar y alcanzar la felicidad.
Todos tenemos ovillos. Pero algunos ya sabemos de qué forma desenredarlos. Porque nos hemos preocupado de hacerlo antes con otros. Así, podremos soñar y llegar tan lejos como queramos, porque no habrá ningún hilo que nos ate por dentro. Podremos ser libres. Flotar al margen.
Por los problemas, para que todos sepamos convertirlos en ovillos blancos. En luz.
-rasmia
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