¿A qué te dedicarías si...?

Hola, ¿cómo estás?

Hace mucho que no escribía: que no dedicaba tiempo a esa afición que tan feliz me hace y que tanto me realiza. Te voy a contar un suceso que me ocurrió ayer que espero que te inspire.

Estaba con unas amigas sentada en la terraza de un bar y surgió una pregunta: ¿A qué te dedicarías si el dinero no importara? No nos costó pensarlo. Dije que yo sería artista. Poeta. Escritora. Intentaría crecer. Inspirarme cada día. Poder expresar lo que tengo dentro. Y esto me llevó a recordar este proyecto que tenía abandonado. Decidí dejarlo a un lado debido a que me quería centrar en los estudios y en esta nueva etapa. Supongo que te puedes identificar en estas palabras. A veces olvidamos lo que más felices nos hace. Por distintas circunstancias.

Una amiga dijo que ella sería chef. Recorrería el mundo en su food truck alumbrando a la gente con sus originales recetas. Ha ido a varios cursos de cocina y le encanta hacer brownies y seguir descubriendo ingredientes y sabores. Sería feliz viendo cómo los demás disfrutan de sus creaciones.

Otra amiga comentó que quería ser estrella del pop, si su voz se lo permitiera. Le encanta la música en inglés, toca distintos instrumentos y va al conservatorio. Sería feliz viendo cómo los demás disfrutan de sus creaciones.

Había otras dos amigas que se dedicarían al mundo de la fotografía y los viajes. Les encantaría ir por las calles de cualquier ciudad con la cámara en la mano. Grabando y capturando momentos. Y mostrarlos. Serían felices viendo cómo los demás disfrutan de sus creaciones.

Serían felices viendo cómo ellas mismas disfrutan de lo que hacen. Sin importar todo lo demás.

Lo que todas tenemos en común es que hay algo dentro que nos apasiona. Nos hace ilusionarnos. Nos tranquiliza. Siempre está ahí. A veces no nos acordamos de que hay una voz en nuestra interior que nos dice dónde nos podemos refugiar. Es algo que se sale de lo común. Una afición. Esa pasión.

La pregunta que he formulado antes me parece muy adecuada. Porque no habla del trabajo que tendríamos. Porque no sería un trabajo. Sino a qué te dedicarías. En cuerpo y alma. Con todas tus ganas. Es algo de lo que vivirías. No porque te diera dinero. Sino porque te da vida. Y felicidad. Te llena el alma. Y eso es maravilloso.

Dedica tiempo a eso que te hace feliz, que te llena el alma. Lleva un fragmento de tu esencia. Si sale de dentro de ti, no lo descuides. Hazlo. Disfruta como si fuera la última vez que lo hicieras. Sé libre. Sigue aprendiendo. Desprendiendo arte. Aportando luz. Regando esa parte de ti que no deja de crecer. Esas semillas que van germinando a tu alrededor.

Posdata: Amigas, me alegra mucho ver las flores tan bonitas en las que os estáis convirtiendo. Por dentro y por fuera. Ver cómo todas nos hemos ido regando y creciendo. Cultivando sinceridad, amor y alegría. Formamos un jardín precioso. Por más tardes juntas, donde sea. Con lluvia o frío. Nada nos separa. Ni nos ‘arranca’ (cual flores) de nuestro sitio (a la terraza del bar me refiero jajaja). Os quiero.